jueves, 3 de julio de 2008

Capítulo 2º: El Troll


Erase una vez un bosque bellísimo y rebosante de vida.

Era tal su magnificencia que al pie de sus árboles crecían setas de todas las variedades, tamaños y gustos.


En ellos habitaban mis hadas y elfos, y en ellos se cobijaban toda clase de pájaros, incluidos los de mal agüero, pero éste es un cuento verídico y fiel a la realidad, y como tal, debo poner en conocimiento del lector que en las profundidades de dicho bosque también habitaba un TROLL maligno, despiadado y envidioso, manipulador y tendencioso, pero, sobre todo, silencioso...

Recuerdo en aquella espesura boscosa un gran cartel de la difunta ICONA que anunciaba la gestión del mismo, y si mal no recuerdo, se hacía una subasta anual para establecer su buena gestión y control del mismo. Todo seguía su curso normal y natural, hasta que el TROLL salió de su oscura cueva maloliente.

Todos tenemos en la mente la figura de un TROLL. Este mocoso y peludo animalito se caracteriza por su sorprendente mala leche, insaciables ganas de hacer el mal e interminables ansias de vapulear y avasallar al más débil. Dicha alimaña que raras veces se deja ver e ignora que existe el desodorante, tuvo que haber sido aleccionado por algún antepasado de Zapatero, porque para sorpresa de todos, sabía leer, escribir, y firmar. Diós mío…. ¡¡ FIRMAR !!

Mientras contemplaba orgullosa y distraída aquella gran extensión de terrenos verdes y sanos, y sin apenas tiempo de reacción, surgieron los organismos mas o menos “oficiales” modernos gestionados por gente “forastera”. Todo giró en torno a un contrato que jamás vimos, y de la noche a la mañana nos vimos desbordados por una ingente cantidad de idas y venidas de camiones madereros transportando sin descanso pedacitos de historia y bosque.

Como en toda gestión oscura que se precie, se estipularon pagos bajo mano que “oficialmente” son inexistentes y de los que no debería haber conocido nadie jamás, pero de los que hasta mis gallinas tienen constancia.
¿Dónde van a vivir ahora mis Hadas? Las han expropiado de su entorno natural y milenario con total impunidad. ¿Hasta que punto tiene competencia el endiablado Troll para consentir y permitir el deshaucio de mis Elfos?

Sólo nos hubiera faltado la construcción de un amplio recinto de plazas de aparcamiento “zona azul” en pleno bosque, y si no lo han hecho ya, es debido a que ya nadie sube allí, a lo poco que nos queda de bosque. Ya nadie acampa… ya nadie lo disfruta… ¡¡ y mis gallinas no tienen coche !!

Es lamentable la situación de abandono de los dos refugios, el de Prats y Cubil, con una historia centenaria, donde por cierto en el primero de ellos se alojaron las infantas Elena y Cristina en aquellos años en que el bosque era bosque, los árboles el hábitat de las ardillas y las setas la morada de mis hadas.

El mismo fatídico destino sufrió la aserradora de nuestro pueblo, Campelles. Recuerdo cuando triturábamos grano para convertirlo en pienso para aquel ganado sano y lustroso. De allí tambien salía la leña para todo aquél que lo necesitase, para el consumo particular, y en su justa y proporcionada medida.

Ya es tarde para recuperar mi bello paisaje de infancia, pero no descansaré hasta que alguien me dé explicaciones, o cuanto menos una simple disculpa por haber destrozado el patrimonio y herencia de una generación que en tan sólo unos años verá los bellos bosques únicamente en las fotos que encuentre en las enciclopedias, o en internet.

Admito que el tiempo pasa y nuestros paisajes cambian su apariencia natural, en constante movimiento. Admito el progreso, pero no la degeneración deliberada con la que que lamentablemente y gracias a ella, se lucran sin descanso.

Las hadas que en tiempos pretéritos habitaron en el fresco musgo que rodeaba a los desaparecidos árboles, están ahora hipotecadas hasta el gorro, viven junto a los Elfos en un piso-patera, los cuales acuden cada tres meses a sellar el paro, y hacen reformas inmobiliarias al amparo de la economía sumergida para poder subsistir.

Desde que se inventaron los ordenadores y el cuchillo eléctrico para cortar jamón, ya nada es como antes, lo lamentable es que nadie mueve un dedo para impedir que en un futuro próximo nuestros hijos sólo vean cemento y asfalto allá donde les alcance la vista. Pero, ¿Quién quiere complicarse la vida? Bastantes problemas tenemos ya, como para preocuparnos de un árbol viejo y cuatro pajarillos muertos de risa.

Además, ¡¡ PEOR ESTÁN EN ÁFRICA !!.